Se terminó un ciclo, con la tristeza de no poder seguir pero con la alegría de haber dejado todo por defender los valores.
Por la incapacidad de una sola persona, tuvieron que decir “basta”, pero la dignidad está ante todo. Es para aplaudir de pie lo que han hecho al servicio de la sociedad, aportando todos sus conocimientos y dejando de lado cuestiones personales para ayudar a personas que necesitan de otros sin buscar un beneficio económico. El único beneficio es saber que le hicieron mucho bien a gente que la pasó mal y eso es suficiente.
Lo importante es que siempre lucharon por lo que les gustaba, hicieron lo que les gustaba. Ojalá exista en el mundo gente con esos principios, con esos valores.
Este es mi humilde reconocimiento para tres personas que demostraron que se puede ayudar al prójimo sin esperar una recompensa; que si nos proponemos algo, con esfuerzo y voluntad se puede lograr.
En nombre de todos, GRACIAS… aunque sabemos que seguirán ayudando y eso es lo que las hace más grandes como personas…
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