“Se anuncia la partida del tren con destino a la felicidad…”
Veintinueve años esperando este momento; veintinueve años buscando alguien que me lleve adodne quiero ir. Y lo encontré. Gracias a Dos lo tengo frente a mí…
Armado de paciencia, sabía que en cualquier momento me podía tocar. Siempre estuve cerca pero mi ilusión se hacía astillas…
Hoy puedo afirmar que la espera tuvo su merecida recompensa; que valió la pena pasarla mal para llegar hasta acá.
La gente se apresura y se empuja una a la otra para subirse aunque sea en el furgón. A la gente no le importa cómo, sólo quiere llegar a la felicidad. Se ven caras alegres por haber encontrado, al igual que yo, el vehículo que los deposite en ese tan ansiado lugar.
Suben todos; no queda casi nadie abajo. Sólo unos pocos y yo. Pero estoy como anestesiado. No puedo moverme. Quiero correr y subirme para poder respirar tranquilo. Estoy inmóvil.
¿Se me escapa la única posibilidad de llegar a la felicidad? Dios quiera que pueda reaccionar…
No me gusta hablar; me gusta que me escuchen…
No me gusta estar; me gusta ser parte…
No me gusta mirar; me gusta ver…
No me gusta pedir; me gusta que me necesiten…
No me gusta reír; me gusta sonreír…
No me gusta llorar; me gusta emocionarme…
No me gusta decir; me gusta que lo sientan…
No me gusta llevarte; me gusta ser tu guía…
No me gusta gritar; me gusta que me oigan…
No me gusta que me quieran porque me necesitan, me gusta que me necesiten porque me quieren…